viernes, 18 de septiembre de 2015

Sobre Estados Totalitarios


Así, Huxley, entiende que el único Estado Totalitario capaz de ser eficaz y vencer al tiempo no es aquel que urge de medios de sujeción directos (violentos o no) sino que proporciona a la población los elementos para su propia  perdición y esclavitud. No sujeta y domina al pueblo mediante el temor y los grilletes sino mediante la “distracción” y un fínisimo y casi imperceptible trabajo de Propaganda. Es decir, promoviendo tal libertinaje exacerbado entre la sociedad –en materia de costumbres- que el ciudadano no caerá en cuenta que sus libertades fundamentales han sido cortadas de hecho y derecho. Por decirlo sencillamente: le serán suficientes, para conformarse, dos comidas al día, sufragar cada dos o cuatro años, vacacionar de tanto en tanto y elegir cuál de los 250 canales de televisión visualizar (creados y monitoreados por el Estado) A lo mucho, de tanto en tanto exigirá una mejor calidad en las comidas, destinos vacacionales más accesibles económicamente, y más canales a los ya existentes. Caerá, pues, en lo meramente accesorio, superfluo, pero jamás cuestionará al sistema ni reparará en las cuestiones de fondo.


Al igual que en el mundo distópico que traza Ray Bradbury (desde su novela “Fahrenheit 451”), el cultivarse intelctualmente y pensar por sí mismo lo hace a uno sospechoso de terrorista o levantisco; incorreción política ésta que, además de poder de ser encarcelado y multado por el Estado (bajos leyes ad hoc convenientemente creadas a tal efecto), le traerá aparejada la condena social, viéndose dañada notoriamente su imagen y posición inter pares, y por esto, destinado a un ostracismo de hecho del que le será casi imposible volver.
 (...)
Si alguien osara reccionar, será calificado de reaccionario; termino que ha sido cargado con las peores connotaciones posibles. Este "reaccionario" será presentado ante la sociedad como alguien que pretende volver a tiempos pretéritos (que el Estado se ha encargado de Criminalizar); al estilo de la era "fordiana" presentada por Huxley. Traducido a la realidad inmediata, es lo que sucede en la Argentina a cualquiera que cuestione al establisment: se lo acusará de apologista de la dictadura militar del 76´ y de la Alemania de los 30´, que de acuerdo a los nuevos cánones y valores establecidos por el sistema, será lo mismo que ser acusado de asesino.

Criminalizada (y/o deliberadamente ignorada) la religión y el orden natural, el hombre que Huxley retrata -ya sin barreras morales contenedoras que encuadren su existencia y subyugado bajolo que denomina dictadura científica- se auto inflige tal sobredosis de pasiones desordenadas que termina saturado, sofocado, desorientado y perdido. Acaba consumido y arruinado, preso del consumo desmedido, del avasallamiento informativo (y des-informativo). Preocupado por la propia subsitencia económica, queda ya sin energías, voluntad o tiempo para ejercer las facultades que le son propias: pensar, contemplar, desarrollarse intelectualmente, distinguir, dedicarse a las cuestiones fundamentales; resistir y combatir el mal y la injusticia.
No faltarán tampoco, al igual que los regiménes comunistas, las operaciones denominadas "de falsa bandera" -orquestadas subrepticialmente por el Estado-, cuyo objeto no será otro que sembrar el temor en la sociedad, alertando sobre supuestas amenzas locales y/o globales -terrorismosm guerras inminentes, desastres financieros y ecológicos-, etc; operaciones cuyo resultado terminará arrastrando a toda la sociedad hacia los brazos del Estado, quien ficticiamente se erige como el único capaz de proteger a la ciudadanía.

La efectividad de este tipo de sistema -"totalitario encubierto" que parece identificarse con los estados modernos- es notable. El régimen opera con casi total libertad e impunidad; pocos resisten aunque éstos lo hagan enérgicamente. Los ciudadanos que no quedan anulados por los efectos del libertinaje extremo y la opresión económica, ceden al Estado su libertad y derechos ante el miedo de posibles catástrofes globales. Como ya hemos dicho, los pocos que no hayan caído bajo el yugo de alguno de estos y den cuenta de la manipulación de la que son objeto -ese núcleo ígneo-, serán perseguidos por el Estado bajo cualquier tipo de acusación; desde "nazis", "fachos" hasta "golpistas" o "destituyentes".

Antes que novelistas, George Orwell y Aldo Huxley fueron hombres eminentementes políticos e intelectuales. Pero ante todo y por lo mismo, fueron atentos observadores de los hombres, de las coyunturas de los tiempos y sus signos.

Al momento de la confección de sus obras, ya habían irrumpido públicamente (de modo más o menos solapado) múltiples laboratorios sociales (Por ejemplo, la Escuela de Frankfurt) y disciplinas orientadas y dedicacas a la modificación de la conducta del individuo con fines de manipulación social. Una de ella fue la denominada "Ingeniería Social" (conocida popularmente bajo la denominación de "lavado de cerebro"). Otra fue la trepanacionlobotomía. Agreguemos por último que ya se conocían las torturas psicológicas y experimentaciones farmacológicas empleadas por los soviéticos para quebrar y/o docilizar a los descontentos con el régimen.


Fragmento extraído del libro "El Libro negro del INADI o policia del pensamiento" escrito por el Profesor argentino Cristián Rodrigo Iturralde.

Acontinuación se adjunta en modo de imagen "Las 10 estratégias de Manipulación Mediática" por Noam Chomsky:




1 comentario:

  1. Muy bueno.

    Es una guerra librada contra la apreciación de la realidad para imponer la mentira como verdad en las mentes y en los corazones determinando una conducta servil, sumisa, entregada, o sea, muerta, pusilánime, insensible.

    ResponderEliminar